Esta entrada es similar a otra que, con el título "Crecemos", publiqué hace unos días en el Paseante reflexivo. Puesto que ese Paseante se marcha, quiero traer aquí este texto, pues forma parte de un conjunto de cuatro, en los que comento nuestras actividades: nacer, crecer, reproducirnos y morir.
Cuando éramos niños, tuvimos como ciertas muchas cosas que no lo eran. Hoy sabemos que el ratoncito Pérez no colecciona dientes de niños, ni las cigüeñas los traen desde París. Tampoco existen pajaritos chivatos que cuenten a los mayores lo que hacemos. Nos dijeron hasta la saciedad que teníamos que comer si queríamos crecer. Eso era cierto. El crecimiento requiere aporte de material extra que sólo nos llega a través de la dieta.
Cuando éramos niños, tuvimos como ciertas muchas cosas que no lo eran. Hoy sabemos que el ratoncito Pérez no colecciona dientes de niños, ni las cigüeñas los traen desde París. Tampoco existen pajaritos chivatos que cuenten a los mayores lo que hacemos. Nos dijeron hasta la saciedad que teníamos que comer si queríamos crecer. Eso era cierto. El crecimiento requiere aporte de material extra que sólo nos llega a través de la dieta.
Los seres vivos crecen, pero ¿qué
entendemos por crecer? No hay duda que cuando decimos “crecen”, interpretamos
que los seres que desarrollan tal actividad, se encaminan hacia una plenitud y una madurez mofológica y fisiológica. En
términos generales, decimos que crecen cuando aumentan de tamaño. Puesto que en
biología siempre hay más de una forma de que se realice un proceso, también hay
más de un modo de crecer. Un organismo pluricelular crece o bien porque aumenta
el número de sus células integrantes, que mantienen su volumen inicial, o bien
porque aumenta el tamaño de ellas, aunque no aumentan en número.
Sea del modo que sea, los seres vivos pluricelulares crecen si tomamos como momento inicial de su vida el de su nacimiento. Los tamaños más grandes entre los seres vivos actuales se dan en especies vegetales.
Sea del modo que sea, los seres vivos pluricelulares crecen si tomamos como momento inicial de su vida el de su nacimiento. Los tamaños más grandes entre los seres vivos actuales se dan en especies vegetales.
ANIMAL ADULTO |
La mayoría de seres tienen un
crecimiento controlado, de manera que cuando alcanzan un determinado tamaño,
definido para nosotros en términos estadísticos, ese proceso se detiene. Todos estamos
acostumbrados a los tamaños estándar de los miembros de cada especie de seres
vivos que conocemos y, aunque no tengamos medidos tales tamaños ni los
recordemos con detalle, a algunos individuos los encontramos muy grandes o muy
pequeños, cuando sobrepasan tales límites. Por eso hablamos de una vaca muy grande
o un abeto muy pequeño, por citar dos ejemplos, aunque no sepamos sus dimensiones medias.
ÁRBOL ADULTO |
Muchos seres pluricelulares cuando
crecen, no sólo aumentan de tamaño, también sus células van diferenciándose
adquiriendo capacidades y funciones singulares y diferentes. De este modo se pueden ir generando órganos
con actividades especializadas. Mientras los seres se van desarrollando y
adquiriendo estas cualidades, decimos que son formas juveniles, y consideramos
que han alcanzado la madurez cuando alcanzan plenamente todas sus funciones, incluyendo la
capacidad reproductiva.
lARVA |
El crecimiento puede ser mediante
formas intermedias, las larvas, que son voraces y que, tras un período de cambios,
que se realizan con quietud, se transforman en adulto. En estos casos, los
adultos generan huevos de los que nacen las larvas. Éstas sufren modificaciones
morfológicas (metamorfosis), dando lugar a los adultos. Muchos insectos tienen
larvas en sus ciclos biológicos, pero también hay vertebrados (ranas) que las tienen.
Siempre el crecimiento implica un aumento del propio material. Eso se realiza transformando en material propio el que se ha tomado en la comida o el sintetizado de nueva creación. En ambos casos, moléculas que no formaban parte del individuo que crece, pasan a formar parte de sus estructuras mediante reacciones metabólicas concretas.
Siempre el crecimiento implica un aumento del propio material. Eso se realiza transformando en material propio el que se ha tomado en la comida o el sintetizado de nueva creación. En ambos casos, moléculas que no formaban parte del individuo que crece, pasan a formar parte de sus estructuras mediante reacciones metabólicas concretas.
HOJAS JUVENILES DE EUCALIPTO |
En vegetales hay especies, como el
eucalipto, con dos tipos de hojas, pues las formas juveniles del árbol
presentan unas hojas con forma y color que no tienen nada que ver con las del
árbol adulto. Se llama dimorfismo foliar y está relacionado con la edad del
individuo.
En árboles y arbustos, aunque el crecimiento
se detiene cuando se alcanza ese tamaño concreto que antes comentaba, no
debemos considerar que hayan perdido su capacidad de crecimiento. Si se poda
ese árbol o ese arbusto, las ramas volverán a crecer hasta alcanzar el tamaño
anterior a la poda. Alcanzar esos tamaños y detenerse en esos momentos, son
procesos regulados genéticamente.
ALOMETRÍA. EN HUMANOS, DIFERENTES PROPORCIONES CORPORALES SEGÚN LA EDAD |
Por otra parte, puede ocurrir que el
crecimiento no sea armónico. Existe una velocidad de crecimiento diferente en
las diferentes partes del cuerpo, y a esto le llamamos alometría. En nosotros,
los humanos, las piernas y los brazos crecen a unas velocidades diferentes al
tronco y cabeza, por lo que los niños tienen unas proporciones corporales
diferentes a los adultos. Este proceso diferencial se descubrió en el
Renacimiento. Los pintores anteriores a esa época, al pintar al Niño Jesús no
pintaban un niño, pintaban un hombrecito, pues le adjudicaban las proporciones
de hombre adulto.
LARVAS DE RANA |
De todas formas, vemos que existen
múltiples estrategias en los seres vivos para alcanzar el estado adulto. Eso
significa incremento de tamaño y cambios fisiológicos que, en general, reciben
el nombre genérico de “crecer”.
Por otra parte, podría decir que en los seres vivos ha dos tipos de crecimiento: el indefinido y aquel que se detiene en un órgano cuando éste alcanza un tamaño determinado. Por ejemplo, en árboles, el porte general sigue un ritmo de crecimiento indefinido, mientras que sus hojas lo tienen determinado hasta alcanzar un tamaño muy concreto. En nosotros, cejas, pestañas y vello corporal crece hasta alcanzar una determinada longitud. El pelo del cuero cabelludo y el de la barba sigue la pauta de crecimiento indefinido.
En este caso, hay quienes llaman "cabello" al de crecimiento limitado en su tamaño, y "pelo" al de crecimiento indefinido.
Por otra parte, podría decir que en los seres vivos ha dos tipos de crecimiento: el indefinido y aquel que se detiene en un órgano cuando éste alcanza un tamaño determinado. Por ejemplo, en árboles, el porte general sigue un ritmo de crecimiento indefinido, mientras que sus hojas lo tienen determinado hasta alcanzar un tamaño muy concreto. En nosotros, cejas, pestañas y vello corporal crece hasta alcanzar una determinada longitud. El pelo del cuero cabelludo y el de la barba sigue la pauta de crecimiento indefinido.
En este caso, hay quienes llaman "cabello" al de crecimiento limitado en su tamaño, y "pelo" al de crecimiento indefinido.
Todos estos procesos relativos al crecimiento están regulados genéticamente y son objeto de estudio, pues algunas pautas nos resultan completamente desconocidas.
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