En estos días he paseado por A Chaira lucense, esa
sobrecogedora comarca que ocupa
A CHAIRA, POR COSPEITO |
Ayer se olía la primavera, había indicios suyos para
quien sabe verlos. Encontramos cinco cigüeñas (por san Blas, la cigüeña verás).
Dos parejas en sus respectivos nidos y otra, solitaria, que nos sobrevoló a
poca altura. Es curioso, hace poco estas aves no se veían en Galicia y hoy
conforman nuestro paisaje rural. Ellas no saben de cambio climático, pero le
obedecen. También los amantes de las setas, en otoño, nos hablan de especies
nuevas, propias de otros climas, más cálidos. Dos datos coherentes con la idea
de que esto de recalienta.
Pero, a lo que voy. Ayer había una luz especial, que
hacía que todo pareciese más bonito, más nuestro. La primavera llega. Después
D.Antonio cuando lo constate nos dirá que “nadie sabe cómo ha sido”, pero
digamos que se ve venir.
Los días ya son notoriamente mas largos y los ritmos
diarios de luz–obscuridad comienzan a desplazarse a favor de la luz. No sé de
qué modo, hablando en términos bioquímicos, los seres vivos obedecen sus
estímulos, pero pronto los árboles florecerán al conjuro de los días más
largos, haga frío o calor, lo cual sorprenderá como todos los años a quienes
piensan que es el calor el que determina la floración. El calor determinará la
maduración, allá en un todavía lejano verano. Hoy prima el incremento diario de
luminosidad y ese es el estímulo que provoca la floración.
FLORES OFRECIDAS AL VIENTO |
Empezaremos viendo flores de corolas completamente
abiertas, con su polen generosamente ofrecido al aire. Es el único agente
polinizador posible en estas fases tempranas del ciclo anual. El aire
transportará el polen a otras flores. Luego, cuando hayan nacido los insectos,
polinizadores eficaces, también se abrirán corolas más cerradas, tal vez con
néctar, donde puedan penetrar esos insectos y polinizarlas sin darse cuenta. Dentro
de unos días, cuando florezcan las prímulas, ya habrá insectos polinizadores.
Mientras, no. Biológicamente hablando, están muy sincronizados, aunque se trata
de grupos muy diferentes.
PRIMULAS. LAS POLINIZAN INSECTOS FLORECEN MAS TARDE |
Es un tema muy atractivo este de la polinización en
las plantas. De él depende su reproducción y, en último extremo, el
mantenimiento de la especie a la que pertenecen. Imaginemos que, por un suceso
adverso, una especie anual no formase semillas un año concreto. Al año
siguiente no estarían en el suelo para germinar y no habría plantas nuevas. La
planta habría desaparecido del hábitat en que se encontraba hasta entonces. Lo
mismo ocurre con los animales, si dejan de reproducirse, se ven abocados a la
extinción. A fin de cuentas, como ya he dicho aquí en otras ocasiones, la
reproducción representa la contribución de los individuos al mantenimiento de
la especie, de la suya.
Todos estos procesos tienen, según mi modo de ver
las cosas, dos causas, una inmediata o próxima, y otra remota.
YA HAN VENIDO. ENCUENTRAN AMBIENTE PROPICIO |
La causa próxima, como he comentado, es que se
incrementa el período de luz. Las plantas son sensibles a ese incremento y se
desencadena la floración.
La causa remota viene de muy atrás dentro de la
historia de los seres vivos y se refiere a que, tal como hoy vemos la naturaleza,
es el resultado de miles y millones de años actuando la Selección Natural sobre
una variabilidad existente, de modo que, en cada generación, algunos tuvieron
mayor capacidad reproductora. De ellos decimos que fueron los más adaptados. Posiblemente,
la selección favoreció esta floración temprana porque es largo el proceso que
termina en la maduración de los frutos. En este plan, las corolas abiertas
también son adaptativas al no precisar las flores de ningún polinizador, que
sólo nacerán más tarde. Si observamos todos estos caracteres, vemos que, aunque
dispares, confluyen en un mismo fin, la maduración de los frutos en otoño.
Después, aún se tiene que producir la diseminación de las semillas.
CALÉNDULA |
Pero el otoño está lejano. Aún tiene que reventar
todo el mundo de los seres vivos. Dentro de poco, los prados estarán llenos de
flores y una de ellas, con aspecto de margarita y color amarillo muy intenso,
recibe el nombre científico de Caléndula
como reconocimiento a ser primera en aparecer y recordando el nombre latino de
los primeros días de cada mes, las calendas.
Hoy, a finales del mes de febrero, la naturaleza
pide paso para desarrollar un nuevo acto anual dentro de su ciclo. Nosotros,
que empezamos a ser unos intrusos en este mundo maravilloso de seres vivos,
dejémosle actuar.
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