Para muchos, Galicia es una zona llena de
verdes montes y verdes valles, un tópico que se confirma en un amplio
porcentaje del territorio gallego. Pero hay una zona en la provincia de Lugo a
la que los lucenses llamamos A Chaira (La Llanura) y en el resto de
Galicia se le conoce como A Terra Chá (La Tierra Llana).
También es Galicia, A Chaira |
Los muros rezuman vida y humedad |
Cada vez que paseo por ella la veo
diferente y siempre hermosa. Hoy anduve por allí. Hay infinidad de ríos (“el
país de los mil ríos”, fue llamada por Álvaro Cunqueiro, un escritor mindoniense
recordado con cariño y respeto, ambos sentimientos mezclados). Tarde o
temprano, todos ellos van a verter sus aguas al Miño, que pasa como recién
nacido y ganando caudal gracias a sus aportes. Ríos de nombres cantarines: Rego
dos Chaos, Río Anllo, Rego de Pumar, Río de Guisande… y cientos de ellos más, todos
capaces de generar mil morriñas en quienes están alejados, ellos sabrán las
causas.
Cita anual con los polinizadores |
Hoy el buen tiempo empezaba a brotar por todas partes. En
los árboles frutales las flores ya están con sus corolas abiertas a insectos o al viento, como ofrecidas a los polinizadores. En un suelo, aún ayer anegado por la riada, aparecen hoy margaritas y dientes de león. Con relación a este último
siempre me llamó la atención la amenaza de las madres para que sus hijos no
jugasen con sus flores, pues de hacerlo se orinarían de noche en la cama. Hoy
relaciono esta amenaza como un deseo materno de conjurar el peligro de una
mancha indeleble de látex en la ropa infantil. Sea como sea, allí estaban
los dientes de león esperando tentadores a unos niños que aún tardarán tiempo
en aparecer. Aunque los frutales están en flor, no ocurre así con los abedules, carballos, ameneiros y otros árboles endémicos. En ellos ni todavía verdean las ramas.
Tentador diente de león |
En Xustás hemos visto jace unos años una amplia bandada de cigüeñas comiendo en un barrizal. También a principios de febrero de este año, vimos una
pareja de ellas en su nido cerca de Feira do Monte, en Tamoga. Hace aún pocos años eran desconocidas por aquí, pero desde un tiempo a esta parte, eligen estas zonas para pasar sus veranos. Tal vez
les guste, tal vez están cómodas por aquí. Es posible que, aunque no sepan nada
del cambio climático, lo noten en su fisiología y hayan ampliado su área de
veraneo debido a él. Lo que no han ampliado es su calendario de
migración. El refrán nos dice que “por san Blas, la cigüeña verás” y allí
estaban ese día, el martes de carnaval, puntuales a su cita.
Laguna de Cospeito |
Los frutales en flor polinizados por el viento... ¡Vaya con la intuición popular! Recuerdo una canción que trata de un viento enamorado de una rosa... Ay mi rosa de la Alhambra/ rosa de la morería / haré lo que tu me pidas / con tal de que seas mía...
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