Desde
una consideración biológica, no es lo mismo una población de trescientos
individuos que una de quince, por ejemplo. A veces, cuesta trabajo hacer
comprender que el tamaño de población es importante en las poblaciones naturales,
cuando sólo dependen de su propia vitalidad para mantenerse a lo largo de las
generaciones, y teniendo que superar la adversidad que representa para ellas la
selección natural, con todos sus componentes.
Para
muchos, la selección natural viene a ser algo que se enuncia como “la
supervivencia del más fuerte”. No tienen en cuenta el montón de variables que
coinciden en el proceso que llamamos de ese modo. Variables que conocemos y, también,
que desconocemos, que tal vez son las más.
Pero
hay algo que los biólogos tenemos muy claro. Aunque la selección natural actúa
sobre el individuo, quien manifiesta sus efectos biológicos es la población a
la que pertenece. En biología, muchos procesos son de ese modo, que es sobre la
población donde inciden los resultados de muchos procesos vividos por sus componentes.
Por ejemplo, los individuos no evolucionan, lo hacen las poblaciones a las que
pertenecen.
Volviendo
al inicio, podemos preguntarnos ¿por qué es importante el tamaño de la
población? Sencillamente, por la posibilidad de poseer mayor cantidad de
variabilidad genética, que viene a ser como un seguro de permanencia. Pero la
variabilidad genética que una población puede poseer, está en relación directa
con el número de individuos que la componen.
¿Qué
entendemos por variabilidad? Vamos a ver si soy capaz de explicarlo en pocas
palabras. Todos sabemos que los genes determinan los caracteres hereditarios,
que suelen ser morfológicos o funcionales. Por ejemplo, color de ojos o grupo
sanguíneo. En general, cada uno de nosotros tenemos dos copias de cada gen, uno
procedente de nuestro padre y el otro, de nuestra madre.
Pero
el hecho de que un gen concreto determine una función también concreta, no ha
de tomarse en el sentido de que siempre se determina del mismo tipo.
Conocemos
la diversidad de coloración de ojos. El gen determina el color, pero existen
diversas alternativas hereditarias que determinan diferentes colores. A cada
alternativa le llamamos alelo. Si hablamos de nuestros grupos sanguíneos, sabemos que entre los humanos existen,
entre otros, cuatro grupos sanguíneos: A, B, AB y 0. Están determinados por
diferentes alelos de un mismo gen. En eso consiste la variabilidad genética, en
que para cada carácter (grupo sanguíneo en este caso, o color de ojos), existan
diferentes posibilidades de manifestarse, que corresponden a pequeñas
diferencias funcionales. Aunque cada individuo tiene un solo grupo sanguíneo, o
una tonalidad concreta de ojos, es la población la que posee varios alelos
determinantes de esos tipos, que están presentes en diferentes individuos
pertenecientes a ella.
A
esta diversidad genética responsable de muchos caracteres, es a lo que se llama
variabilidad genética, y es un carácter de la población, no del individuo.
Representa una gran riqueza biológica, puesto que cada variable puede
proporcionar a su poseedor diferente adecuación en ambientes ligeramente diversos.
Es decir, las poblaciones con mucha variabilidad pueden estar como mejor
preparadas para posibles, e inciertos, cambios ambientales, pues no sería raro
que alguna combinación de sus caracteres resultase adecuada para vivir en los
nuevos ambientes generados por esos cambios.
Todo
esto que comento no puede ocurrir en poblaciones con quince individuos. Ni con
treinta. La primera desventaja que posee una población que ha reducido su
tamaño, es haber perdido variabilidad genética. Por lo dicho antes, si hay
menos variabilidad genética, las posibilidades de supervivencia ante cambios
ambientales adversos serán menores.
Como
dije, la variabilidad genética es una riqueza grande para una población. Es
consecuencia de años, y generaciones, produciendo individuos, algunos de los
cuales salen airosos de los efectos de la selección natural. Durante todas esas
generaciones se han producido mutaciones que están presentes en la población,
escondidas bajo el estado de alelos recesivos, pero que en algún momento, y
debido a múltiples causas, pueden manifestarse ante la selección natural.
Pero
para que aparezcan nuevas formas, que es el paso previo a la subsistencia de la
población, ha sido preciso que antes hubiese existido variabilidad genética
sustentada en un amplio número de individuos componentes de la población.
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Las fotos utilizadas corresponden al Valle del Mao y a la presa de Belesar, en la provincia de Lugo. En ese lugar, tan apacible a simple vista, la Selección Natural es feroz. En la Naturaleza siempre es así. Por eso no hace falta indicar que estos pensamientos de la derecha corresponden a un cultivo artificial. Pero de eso hablaré en otra entrada.
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