Escuché decir a cierto personaje creído de su valía que, en la primera mitad del siglo XX, no se había
hecho más que desarrollar los descubrimientos del siglo anterior. Bueno, esos
descubrimientos, en biología, habían sido tremendos y no estuvo mal desarrollarlos,
más bien fue necesario hacerlos. Tampoco hay que desprestigiar a los
científicos de aquel tiempo, estaban poniendo las bases para el desarrollo
espectacular que tendría la biología en la segunda mitad del siglo.
Para mí, un
descubrimiento importante de comienzos del siglo XX, fue el de la penicilina y
demás antibióticos. Gracias a ellos, se comenzó a luchar con eficacia contra
enfermedades hasta entonces mortales (tuberculosis, p.ej.), se desarrolló la
cirugía al conjurar los peligros de infección y, consecuentemente, se alargó nuestra
expectativa de vida. Paralelamente, la biología molecular también se benefició
de este hecho.
LA FOTO HECHA POR R. FRANKLIN |
El otro
descubrimiento, mediado el siglo, que representó un revulsivo para la biología,
lo hicieron Francis Crik, James Watson, Maurice Wilkins y Rosalind
Franklin. Watson era biólogo y Crik, físico, mientras que Wilkins y Franklin
eran cristalógrafos y estudiaban difracción de rayos X en moléculas
estructuradas. Reuniendo muchos datos y conocimientos diversos, y gracias a sus
diferentes especialidades, trabajaron hasta llegar a dilucidar la
estructura buscada en la comunidad científica.
WATSON Y CRIK PRESENTAN UNA MAQUETA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN |
Eran insultantemente
jóvenes (por los treinta, con la carrera recién terminada). Los estudios maduraron alrededor de las fotos de rayos X difractados al
atravesar ADN, que había hecho R. Franklin. (Estas fotos, propiedad de R.Franklin, fueron enseñadas de manera indiscreta por Wilkins a J. Watson, que recogió de ellas la información que precisaba sin pedir permiso a su autora). Tengo que decir que no entiendo
nada de esta foto pero, quienes supieron interpretarla, vieron que se trataba
de una molécula rígida y perfectamente estructurada en el espacio. Consistía en
dos cadenas enrolladas en hélice, entre las cuales aparecían vínculos
moleculares de tamaño constante, siendo posible calcular las distancias que
separaban los diferentes átomos. Todo esto indicaba una estructura muy rígida.
ESQUEMA DE LA ESTRUCTURA DEL ADN |
Esto del tamaño
constante representó un inconveniente conceptual si se quería compaginar esta
estructura, rígida, con la diversidad de secuencias previstas, en caso de
comprobar la hipótesis de que el mensaje genético estaba cifrado en las
secuencias diferentes de las bases nitrogenadas. Fue cuando se recordó lo
indicado por Chargaff. La igualdad de concentración a Adenina y Timina, así
como la de Guanina y Citosina. Estos pares de bases podrían ser los componentes
de los puentes entre las cadenas longitudinales que, consiguientemente, estarían siempre a la misma distancia, como indicaba la foto. Por el descubrimiento, recibieron el Premio Nobel en
1962.
ROSALIND FRANKLIN |
Rosalind Franklin no
pudo disfrutar del éxito obtenido, pues murió muy joven víctima de cáncer. También
hay datos que hacen suponer que sus compañeros de descubrimiento no fueron con
ella como se podría esperar en cuanto a reconocer su valía científica. Hay quien dice que Watson, Crik y Wilkins se aprovecharon de su trabajo. Muchos hablan de machismo en la universidad inglesa de mediados del siglo pasado. Lo cierto es que casi quedó olvidada.
Luego, cuando ya
habían recibido el Premio Nobel, Watson escribió un libro, autobiográfico y de autobombo, que
recuerda cómo vivieron aquel tiempo. Se llama “La doble hélice”. Hoy está
disponible para descarga gratuita y el final de esta entrada pongo su enlace
para quienes quieran descargarlo. Es interesante leerlo para quien quiera conocer el ambiente en que trabajaban aquellos investigadoras.
Trabajadores, brillantes, tenaces, pero no pensemos que humanamente perfectos, eran como cualquiera de nosotros, con sus cosas buenas, no tan buenas e,
incluso, odiosas. Lo que sí tuvieron fuera de lo normal fueron sus ganas de
trabajar y su incansable deseo de alcanzar su meta. Ahí sí que fueron ejemplares.
Salvo R.Franklin,
han sido personas longevas. Crick siguió en el mundo de la investigación. Watson se dedicó a editar trabajos recopilados de actualidad en biología, y a criticar a todos menos a sí mismo, siempre que se le presentó la posibilidad. De
M.Wilkins no puedo decir nada, pues nada sé, salvo señalar su longevidad.
La doble Hélice
Entrada del blog relacionada con este tema:
Francis Crick en la Historia de la Biología
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