Hay meses del año (diciembre,
noviembre, febrero…), que cuando los evoco vienen a mi recuerdo acompañados de
imágenes concretas. Mayo es otro mes que, siempre, lo asocio mentalmente con
flores, con muchas flores. Yo diría que no es una cuestión personal mía, pues en
muchas partes y de diversos modos, se celebran las flores a lo largo de este
mes. Festejos, romances, canciones, refranes, siempre con ecos culturales
populares, relacionan mayo, flores y alegría. En una de nuestras fuentes
culturales, Roma, este mes estaba dedicado a la diosa Maia, la diosa de la
floración, de ahí el nombre que le damos.
MAIOS GALLEGOS |
En Galicia se
celebran los Maios, con flores y niños que cantan canciones improvisadas, la mayoría de las
veces con tintes satírico-locales. A veces me he preguntado por qué se han dejado en reductos infantiles estas manifestaciones culturales, pero ese es otro
cantar del que tal vez convenga hablar en otro momento.
CRUZ DE MAYO |
En Andalucía, por
estas mismas fechas, se celebran las Cruces de Mayo, con rezos, cruces hechas
con flores y cantos. Como siempre, fiestas en que se mezclan religiones
cristianas y paganas. Creo que estas fiestas de exaltación a las flores vienen
de lejos en el tiempo, tal vez desde más lejos de los que se pueda suponer.
Estando en mayo, el invierno casi ha
pasado, recordemos el refrán de “Hasta el cuarenta de mayo…”, por eso digo el
“casi”. Pero lo duro, y de eso en este año 2016 sabemos mucho, podemos pensar
que ha pasado. La primavera está en su esplendor. Ya no son los naranjos en
flor, o los manzanos o los almendros que nos la anuncian. Ahora todo está florido
y andan por medio los insectos polinizando. No es como en marzo, en que las
flores abiertas eran de corola amplia, de modo que el viento pudiese recoger, transportar y depositar el polen donde sería bien recibido. Ahora son los insectos los que lo llevan de
una a otra flor, adherido a alguna parte de sus cuerpos. No es necesario que las flores sean abiertas ni tengan sus estambres al aire.
Desde siempre me ha
llamado la atención la veneración que sentimos por las flores. Las encontramos
hermosas y, si bien son efímeras, no falta quien diga que ese mismo carácter
contribuye a hacerlas más hermosas. En esta época de consumo, recordemos las
excursiones para ver determinados bosques en flor, por ejemplo.
FLOR DE PATATA. LUJO ORNAMENTAL |
Otra cosa ocurre cuando
las flores son utilizadas como adorno, incluso corporal. Tal vez pocas personas
sepan que, en la Francia de finales del siglo XVIII la flor de la patata fue muy
utilizada en peinados de la aristocracia. Realmente es una flor pequeña, bonita
y de colores muy tenues. Por otra parte, en la historia del arte hay muchas
pruebas de mujeres con sus cabellos adornados con flores.
DIONISOS |
En hombres no
conozco casos de flores en sus cabellos. Sí de hojas como coronas, de laurel,
por ejemplo. También de uvas en casos de bacanales, cuando se representa a
Baco, o a Dionisos, con sus racimos en sus cabellos. Total, entre las flores de
las mujeres y los frutos de los hombres, sólo media un proceso de maduración,
que se suele producir a lo largo del verano.
Siempre me he
preguntado el porqué de esta utilización. Para adorno y quizás también como
símbolo de dominio, no lo sé. Pero las mujeres se aderezan el cabello como
adorno sin más pretensiones simbólicas, mientras Baco pone uvas en el suyo tal
vez como un símbolo de su estado de zafia embriaguez, o puede que por
sentirse dueño de las uvas y del vino que saldrá de ellas.
OLMO DALCÓ EN NOVECENTO |
Tal vez esto del
dominio sea lo que, siglos más tarde, mueve a Olmo Dalcó el niño campesino de Novecento. En la película, Bernardo Bertolucci le hace coronar su cabeza de golfillo con una sarta de ranas vivas, que más tarde serán comidas por los señores de la casa. Esas ranas constituyen el único medio de que dispone, de momento, para
contribuir a la pobre economía familiar. Orgulloso de su posesión, Olmo se
las pone en la cabeza aún vivas, mientras recibe la bendición del patriarca familiar en una escena en la que la luz también juega un papel importante.
Flores, flores en nuestro sentir cotidiano. A veces, como sarcástica constatación, calambur incluido, de Quevedo "Entre el clavel y la rosa...", en otras ocasiones, como metáfora de lo mejor "la flor y nata...", el Emperador de la barba "florida" Luego, suele ocurrir, a la sociedad puritana le contrarió que las flores fuesen, precisamente, órganos reproductores. Pero por aquel entonces, las flores ya eran sinónimo de "lo mejor", de ahí nuestras "antologías" y florilegios. (En griego, "antos" significa flor).
Flores, flores en nuestro sentir cotidiano. A veces, como sarcástica constatación, calambur incluido, de Quevedo "Entre el clavel y la rosa...", en otras ocasiones, como metáfora de lo mejor "la flor y nata...", el Emperador de la barba "florida" Luego, suele ocurrir, a la sociedad puritana le contrarió que las flores fuesen, precisamente, órganos reproductores. Pero por aquel entonces, las flores ya eran sinónimo de "lo mejor", de ahí nuestras "antologías" y florilegios. (En griego, "antos" significa flor).
FLORES EN OFRENDA |
Otro aspecto, que no quiero tratar ahora, es la utilización que hacemos de las flores como ofrenda. No me refiero a los ramos de regalos desvinculados del tiempo, hablo de las flores de difuntos o de las alfombras florales propias de las procesiones de Corpus. Éstas, las alfombras florales, tienen sus orígenes en las fiestas que se hacían en la antigua Grecia en honor del dios Dionisos.
Curiosa situación ésta
en que nos seguimos sintiendo dueños del mundo, creo yo. Un reformador medieval, San Francisco, se consideró hermano suyo, recordemos su Hermano Lobo, y tuvo sus problemas con la Inquisición. Por desgracia para nosotros, nos seguimos sintiendo dueños en el peor sentido y de modo inapelable.
Y mientras pienso
estas cosas, mayo irá dando pruebas y más pruebas de que estamos en el mes más
florido del año. Las flores de hoy serán frutos en agosto, septiembre, octubre... Pero ahora estamos en mayo y conviene disfrutarlo.
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