En Compostela
acostumbramos a charlar de nuestra ciudad. Con cariño pero también con
exigencia, pues muchas veces nos duele comprobar lo que se hace en relación a
lo que se podría hacer. Como en todas partes. Cada uno de nosotros tenemos
nuestros referentes. De uno de ellos, el Padre Francisco Brandariz, S.J.
director del Colegio Mayor en que viví varios años, aprendí a profesar cariño a
esta ciudad. Gran europeísta, decía que si a diversos especialistas en Historia
Medieval se les pidiese una lista de las diez ciudades que más habían
contribuido a forjar la idea de Europa, en todas ellas aparecería Compostela.
El orden que tuviese en cada una sería variable, pero estaría en todas. Pasados
muchos años, sigo creyendo esta afirmación de mi amigo y maestro, ya fallecido.
Creo que, a veces,
desde esta ciudad se quiso dar lecciones de teología a la cristiandad,
aprovechando el tirón del Camino a Santiago. Las órdenes religiosas que
vigilaban por el buen fin de los caminantes, no iban a dejar que transitasen
sin recibir sus buenas dosis de doctrina. La enseñanza llegaba a modo de
figuras esculpidas o pintadas en los templos que servían de jalones a lo largo
de las muchas jornadas de caminar. Símbolos reconocibles por parte de un
público mayoritariamente analfabeto, a quien toda la información le llegaba a
través de lo que viese, y supiese, interpretar. En este sentido, pórticos,
capiteles o los tímpanos, venían a ser como unidades didácticas con las que se
pretendía transmitir información y formación doctrinal.
Sobre cada Rey, aparece su nombre |
En la Edad Media,
la idea que se tenía de nuestra presencia en el mundo era la de unos seres que
habíamos venido a sufrir para, al final, poder alcanzar la vida eterna. En
muchos lugares, entre ellos el Pórtico de la Gloria compostelano, se nos
representa a Jesucristo como juez que verá si somos merecedores de tal favor.
Otra
representación es la adoración de los magos. El hecho, desde el punto de vista
doctrinal, se llama epifanía, un término de raíz griega que viene a decir
“manifestación fuera”. En la adoración de lo magos, Cristo es venerado por
sabios gentiles. Es en el evangelio de S. Mateo donde se nos narra la llegada
de estos magos. No nos dice ni su número ni sus nombres. No obstante, en
grabados del siglo XIII ya aparecen tres y en una pintura presente en el Museo
de Arte de Cataluña, aparecen ya con sus nombres sobre cada uno de ellos. Los
nombres son los que han llegado hasta nosotros. Pero los tres magos son blancos,
así como en pinturas del siglo XIV.
Siempre me
intrigó el número de tres, pues ha sido fruto de la tradición, si bien sabemos
que las tradiciones pueden inventarse en un momento dado. No obstante, si
Cristo se presenta como alguien importante ante los gentiles, el número de tres
podría representar, en plan selecto, un gentil por continente conocido. Pero
que si cada uno representa a un continente, tendrá que haber algún negro. Creo
que esa puede ser la causa.
En las iglesias
del Camino, tenemos varios tímpanos románicos con
epifanías. Me gusta mucho el
de la Corticela, capilla románica hoy adosada a la catedral compostelana. Su
tímpano tiene algo que me atrae mucho, y es la inclusión de las arquivoltas en
una concepción espacial del tema representado. La Virgen con el Niño y un mago
están en el centro del tímpano, digamos que “dentro”. En la arquivolta más
interna, como esperando entrar, están los otros dos magos. Y en la externa,
como en el exterior, están los caballos que han servido de medio de locomoción
y que han quedado fuera.
Tímpano de la Corticela |
S. Félix de Solovio. Baltasar es negro |
En el tímpano de
S. Félix de Solovio, la capilla compostelana erigida sobre el lugar en que, a
comienzos del siglo IX, habitaba el monje descubridor de los restos del Apóstol,
hay un tímpano románico tardío que representa una epifanía. Aunque está completamente
desprotegido de rigores atmosféricos, el tímpano conserva bastante bien su
policromía inicial y vemos en él cómo uno de los magos es de color negro. Ya
están representados los tres continentes conocidos rindiendo pleitesía. Hay
opiniones que indican que es en este tímpano donde por primera vez se representa
a uno de ellos con este color (nuestra tradición quiere que sea Baltasar). Poco
más tarde, en el arte europeo ya serán estos los colores determinantes de los
tres magos.
Leboreiro cerca de Melide |
Hay más tímpanos
cerca de Compostela, pero corresponden a tiempos ligeramente más tardíos y, tal
vez por eso, ya no se representan los magos adoradores. Pienso en el de Leboreiro
o el de S. Martiño de Noia. Los tiempos del gótico están cercanos y se
representará más la relación maternofilial de la Virgen y el Niño. En estos
tímpanos son los exclusivos protagonistas.
San Martiño, Noia |
graciñas amigo Emilio, una vez más, por tus ilustraciones!! (Bnij.net)
ResponderEliminarCreo, amigo mío, que me lees con agrado por dos motivos: uno de ellos es el afecto que nos une y, el otro, el cariño que los dos profesamos a esta ciudad de la que somos afortunados habitantes. Gracias por seguirme.
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