Me meto en terreno vidrioso al hablar del tamaño de
las poblaciones. Tal vez sean pocos quienes hayan reflexionado sobre este tema. Es posible, incluso, que haya quienes piensen que dichos tamaños pueden ser
ilimitados. ¿Es así?
En anteriores ocasiones he dicho que los tamaños de
las poblaciones se suelen mantener constantes a lo largo del tiempo en que
podemos estudiarlas. Cuidado, aquí he incluido varias incertidumbres. Digo
“se suelen mantener”, y es cierto. Esos tamaños fluctúan alrededor de un valor
medio, estadístico, que se obtiene después de sucesivas mediciones. Pero a
nadie sorprende que aparezcan valores desviados por una u otra causa. Hablamos
de medias, no de magnitudes absolutas. También he dicho “en que podemos
estudiarlas”, y es que hace muy poco tiempo que se vienen tomando datos
relativos a estas poblaciones. De lo que ocurrió antes, no tenemos muchas
ideas, si acaso indirectas.
Tamaño de población. Concepto nuevo, tal vez, para muchos. Una realidad biológica con factores condicionados por causas diversas. Ningún terreno es capaz de soportar una población de tamaño ilimitado. Por ejemplo, los animales precisan comer y en ese supuesto territorio han de encontrar los aportes nutritivos que precisan. Esto mismo es válido para organismos acuáticos. Los vegetales también están sometidos al mismo tipo de relación con otros vegetales, mediante una especie de alergias llamadas alelopatías, y que impiden el crecimiento de otros vegetales similares a los ya presentes en el territorio. Es decir, en cierto modo, limitan el tamaño de la población de la que forman parte.
Por otra parte, si los recursos limitan las expansiones ciegas de las poblaciones, hay que tener en cuenta que esas mismas colectividades forman parte de los recursos alimenticios de otras especies presentes en el mismo lugar. Es decir, una población necesita comer, y la disponibilidad de alimentos puede limitar su tamaño, pero esa misma población puede entrar dentro de la dieta de otra especie, que también la limita como predador suyo.
Con estas presiones por ambos lados, resulta que, a
la larga, los tamaños de población son valores en equilibrio inestable, siempre
alrededor de unos parámetros más o menos constantes. Ahí tenemos a la población
con un tamaño que fluctúa alrededor de una media. Biológicamente, es lógico, la
población de una generación dada es hija de la población de la generación
anterior y, a su vez, generará la población siguiente. Es lo de siempre. Si
está formada por un número determinado de individuos (N), se habrá generado a
partir del mismo número de gametos masculinos (N) que femeninos (N). Si el
tamaño se mantiene estable, la tasa de renovación de individuos es igual a uno.
Es decir, si el sitio está saturado, sólo llegará al estado adulto un número
similar al de los que mueran. Al morir dejan disponible un lugar que pronto es
ocupado. No hay sitio para más y la selección es así de intensa.
Con vegetales ocurre otro tanto. Al pasear por el
monte podemos ver muchos pinos o carballos minúsculos. Sólo llegarán a adultos
aquellos que puedan ocupar el sitio libre dejado por un antecesor que haya
muerto. A no ser que la población se expanda por los bordes, las formas
juveniles centrales de la población tienen pocas expectativas de alcanzar el
estado adulto.
En todo caso, los tamaños pequeños de población nos
hablan de números bajos de individuos formados por pocos gametos. A la larga,
los gametos eficaces, los que originan individuos que serán reproductores, si
son pocos en número, pueden no ser representativos de la constitución génica de
la población que los ha formado. Es simplemente cuestión de azar sin que sea
necesario explicarlo por procesos de selección natural. A esta situación en la
que la constitución genética de una población va variando por cuestiones
aleatorias debidas a bajos tamaños de población, le llamamos deriva genética.
Esta puede ser la explicación de la diferencia
genética que podemos encontrar entre individuos pertenecientes a poblaciones
pequeñas aisladas entre ellas por causas de diversa índole, como pueden ser
geográficas, ecológicas, tróficas, etc.
Las fotos de vegetales son de Sergio Roma
Ver perfil de Sergio Roma
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