EL PANTOCRÁTOR |
A veces, en las obras de arte nos encontramos lo
mejor y lo peor de que somos capaces los humanos. Y voy a explicarme tomando
como ejemplo algo que me es muy querido, la puerta del Pórtico Norte de la Catedral de Lugo. Muchos
opinan que se construyó en tiempos del gótico, como atestigua la bóveda que
cubre el pórtico. También hay quienes creen que este lugar se enriqueció con
piezas anteriores, procedentes de otras partes de la misma Catedral, que fueron quedando desubicadas por diversas
causas.
Voy a comentar por partes. Sobre la puerta hay un Pantocrator
de hechuras góticas, amplios ropajes y muy hermoso. Incrustado en una mandorla, es
fácil ver que la parte superior se cortó para encajarla en este sitio.
EL CAPITEL PINGANTE |
Las hojas de la puerta las he comentado en otra
entrada de este blog (Herrajes sagrados). Los herrajes que comentaba en esa
entrada, proceden del Siglo XIII y parece que influyeron en otros de templos
próximos, como los de Vilar de Donas o de Cruz de Incio. No obstante, quiero
comentar que en el tramo horizontal superior, pueden apreciarse azucenas de
tamaño natural. Tal vez no se pusieron en los tramos inferiores o tal vez
fueron robadas, no me atrevo a inclinarme por una o por otra posibilidad.
HERRAJES Y ESCUDETE DE LA LLAVE |
Está bien añadir, para aumentar este cúmulo de
bellezas. que el escudete de la cerradura es también bonito y su figura ha sido
utilizada como logotipo de algunas convocatorias de actividades que tuvieron a la Catedral como sede.
Curiosamente, la gente pasa por este puerta como con
prisa, teniendo como meta el exterior o el interior del templo, pero no
teniendo tiempo para detenerse y gozar contemplando tanta belleza junta.
Belleza que, todo hay que decirlo, debemos agradecer a anónimos precursores que
tuvieron el cuidado de rescatarlas de algunos sitios de derribo y ponerlas alli,
para posterior contemplación y disfrute. Nuestro, por ejemplo.
INFERIOR HOJA DERECHA |
No obstante, siempre hay un pero, los herrajes más
próximos al suelo, también procedentes de tiempos pasados, están sufriendo una
intensa y cruel destrucción debido a los orines de muchos lucenses que no
tienen inconveniente en utilizar esta puerta, cuando está cerrada, como
urinario. La intensidad del deterioro nos indica que la costumbre, la mala
costumbre, viene de lejos y, por lo que yo sé, es algo desconocido por la
mayoría de lucenses y, por desconocido, algo que no preocupa a nadie.
Hablaba al principio de esta entrada de lo mejor y
lo peor. Lo mejor es toda la maravilla. Lo peor, tal vez no sea el que la gente
orine allí. Lo peor es que no les preocupe a sus custodios.
INFERIOR HOJA IZQUIERDA |
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