Veo
en televisión un programa sobre Naturaleza y hablan de "costumbres asesinas"
en los animales. Mientras, se ofrecen al espectador imágenes de animales
atacando y persiguiendo a sus presas.
PREDADOR CON SU PRESA |
Pienso
que no se debe hablar de un modo tan fuera de lugar, pues es necesario ir con
cuidado para dar a las cosas, y a los procesos, el nombre que les conviene. En la Naturaleza no hay asesinos,
pues nadie mata a nadie con premeditación, alevosía ni con otras finalidades
perversas.
Eso sólo es patrimonio del hombre, pues enla
Naturaleza se mata para vivir, para nutrirse. Y nada mas. Ni
siquiera hay muertes que pudiéramos calificar como "en defensa
propia". Para defenderse, los seres vivos han desarrollado mecanismos que
"enseñan" a quienes les atacan que conviene no repetir la agresión. Para conseguirlo, provocan que en sus posibles predadores aparezcan los oportunos actos que genéricamente conocemos como reflejos
condicionados.
Eso sólo es patrimonio del hombre, pues en
ORTIGA. PRODUCE REACCIONES ALERGICAS |
En algunos vegetales, aparentemente indefensos, no son pocos los
agentes bioquímicos que provocan reacciones de tipo alérgico en los animales
herbívoros que intentan comerlos: los efectos urticantes de las ortigas y de
espinas de algunos cactus funcionan de esta manera. Del mismo modo, las agujas
de silicio o de carbonato presentes en no pocas gramíneas, les pueden servir
para satisfacer esas necesidades de defensa. Por no hablar de otros mecanismos
más complicados, como sería el de aquellas especies que, si bien son
inofensivas, adoptan morfologías semejantes a las de otras especies poseedoras
de mecanismos de defensa (se conocen como mimetismo estos tipos de defensa).
Pero ninguna planta tiene mecanismos que maten a su posible predador, cuando
menos en las dosis en que éste la come. Otra cosa ocurre cuando
el hombre se mete por medio de todo, aplicando sus conocimientos (con todos mis respetos, diré que suelen ser un desastre). Capítulo
aparte lo constituyen las plantas carnívoras, que deben ser consideradas como
predadoras.
MIMETISMO |
También
en animales aparecen mecanismos de defensa, que básicamente consisten o en escapar
o en esconderse. Hay animales que corren mucho, pudiendo desarrollar
velocidades asombrosas. Otros no corren a gran velocidad, pero lo hacen
describiendo trayectorias sinuosas, o suben a los árboles, o hacen cosas raras
con tal de conseguir huir de su perseguidor. Hay animales que no escapan y,
para librarse de sus predadores, o se esconden o se disimulan gracias a
coloraciones especiales que hacen que, de permanecer quietos, sea difícil
distinguirlos del entorno (se llaman crípticas las coloraciones de este tipo).
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Los
animales necesitan comer por dos razones fundamentales. La primera de ellas es
obtener la energía que les llega contenida en las moléculas biológicas
presentes en cuanto comen. La otra razón que tienen los animales para comer es la
obtención de esas mismas moléculas biológicas para construir con ellas las
estructuras necesarias para su propia vida.
A
veces no nos damos cuenta de que, a causa de la alimentación, hay moléculas que
hoy forman parte de cada uno de nosotros, pero que hace unos pocos días
formaban parte de aquellos seres que nos sirvieron de alimento. Una molécula de
glucosa, por citar un caso, sintetizada por un vegetal y que fue almacenada en
el mismo en forma de almidón, a los pocos días puede estar en nuestro organismo
realizando funciones biológicas nuestras. Un argumento similar es válido si hablamos
de grasas o de aminoácidos, los formadores de las proteínas. Lo que un predador
obtiene de su presa son las moléculas constitutivas de su propia materia y,
contenida en ellas, la energía necesaria para realizar las propias funciones
vitales.
CARRERA FRENÉTICA |
Los
animales consiguen sus alimentos mediante la caza, que para ellos representa
una necesidad vital. De no cazar, se irían extinguiendo. Gracias a la energía
que reciben con la caza, además de realizar todas las actividades vitales que deben
realizar, y que le aprovechan a él mismo, tienen que ejercer las funciones
relativas a la reproducción, contribuyendo de este modo al mantenimiento de la
población a la que pertenecen. Esa, la de la reproducción, es una actividad que
tiene que realizar cada individuo y que, generación tras generación, se traduce
en el mantenimiento de la especie.
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En
los humanos existe una costumbre, que viene de la
Edad Media , que consiste en enjuiciar las
prácticas animales como dictadas por virtudes o vicios, sin tener en cuenta que
tanto virtud como vicio son componentes de la conducta humana y de cada una de
sus múltiples culturas. Se nos ha enseñado a admirar a las hormigas por
laboriosas, a odiar a las serpientes por engañosas, a menospreciar a los zorros
por astutos o a los mulos por tercos. Tenemos insultos que hacen referencia a
supuestas conductas animales, como zorrería o burrada. En este plan, decimos
que es un burro alguien que no se caracteriza por agudeza y llamamos cerdo a quien
no es muy limpio. Bajo este mismo concepto, los animales carnívoros son asesinos
y, por tanto, no está mal recriminar sus conductas o, incluso, condenarlos a
morir, y matarlos. En este caso, deberíamos decir cuál de los dos es el asesino.
PRODUCE REACCIONES ALÉRGICAS |
En
general, podríamos decir que asesino sería el animal que mata movido por unas
motivaciones que serían negativas en caso de ser definidas con
criterios humanos. Pero esas motivaciones están por completo ausentes en
las conductas animales. En su mundo se mata para vivir o para sobrevivir, como
se prefiera decir. Los biólogos no hablamos ni de conductas criminales ni de los asesinatos
que se perpetran en la
Naturaleza , porque no hay nada ni de una cosa ni de
otra.
De
esas conductas y motivaciones sabemos mucho los humanos, que precisamente nos consideramos civilizados.
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