martes, 22 de enero de 2013

EL ORIGEN DE ALGUNOS NOMBRES EN BIOLOGÍA (II)





Narciso
De todos es conocida la historia de este dios griego. Muchacho hermoso, desatendió propuestas amorosas que le presentaron diversas divinidades. Dice la mitología que la diosa Némesis le castigó por su altanería, de modo que sólo se sintió atraído por su propia hermosura cuando la vio reflejada en las aguas de un estanque. Al quererla besar, cayó al agua y se ahogó. En aquel lugar creció una planta que presenta una hermosa flor que, en su memoria, nos recuerda en cierto modo la postura del presumido dios. Por eso lleva su mismo nombre: Narciso.
La flor tiene su bella corola inclinada hacia el suelo,como evocando al dios de quien toma el nombre, contemplándose en el estanque en el momento de enamorarse de sí mismo.



Quitamerendas
Esta flor pertenece a una planta, Merendera montana, que se reproduce por bulbos y está presente en casi toda la península ibérica, aunque más frecuente en su mitad norte y los montes Pirineos. Suele vivir en prados de media altura. De la misma familia es el crocus, el azafrán y el cólchico (utilizado en investigaciones biológicas y en farmacia) Todas ellas tienen una flor  muy semejante.
Su nombre se refiere a que florece en otoño, después de la primeras lluvias, cuando el suelo aun está caliente por el verano pasado pero ya comienza a estar húmedo. Estas flores son el indicativo de que las condiciones ambientales de los campos se han modificado y ya no es aconsejable sentarse en ellos para merendar. De ahí su nombre.
(La foto que utilizo de las quitamerendas es de Guillermo Díaz Aira, biólogo amigo)

Drosophila
Muy utilizada en investigación genética, su nombre significa “amante del amanecer”.
Drosophila, cuando está en laboratorio, en cultivos a obscuras, emerge de las pupas en cualquier momento del día, pero si los frascos de cultivo se exponen durante unos minutos a la luz ambiental (junto a una ventana, p.ej.), el desarrollo de las pupas se sincroniza con la información luminosa recibida de modo que, a partir de ese momento, las futuras emergencias se realizarán al amanecer.
Siempre me ha admirado esta transformación metabólica de la información recibida en una pauta de desarrollo, teniendo en cuenta, incluso, que a lo largo del día hay dos veces en la que existe la misma intensidad luminosa, pero las pupas de Drosophila son capaces de detectar si esa intensidad crece o decrece, es decir, si es por la mañana o por la tarde. Siempre se sincronizan de modo que los adultos emergerán al amanecer.
¿Tiene algún valor adaptativo este comportamiento? Yo creo que sí y voy a explicarlo a continuación. En el momento de la emergencia de las pupas, los adultos carecen de pigmentación, del exoesqueleto quitinoso y las alas están plegadas al lor largo de ellas mismas y dobladas. En caso de exponerse al sol, morirían por desecación. Por eso nacen antes de su salida. Nada más emerger, son muy voraces a la vez que desarrollan una intensa actividad metabólica sintetizando quitina (para el esqueleto) y pigmento a la vez que las alas se van desdoblando y adquiriendo consistencia. Al salir el sol ya están completamente defendidos de su efecto.
En laboratorio es suficiente una sola breve exposición a la luz diurna, para que las pupas de los cultivos se sincronicen con ella y nazcan los adultos en los siguientes amaneceres. Este efecto no se consigue exponiendo las larvas a la luz.